¡My G’s!
Hace una semana tuvimos la oportunidad de presenciar uno de los mejores Juegos de S.K.A.T.E. de los últimos años: la Leyenda P. Rod v.s. la estrella del momento: Nyjah Houston. Y para todos aquellos que no conozcan mucho sobre estos patinadores, aquí les va una breve semblanza de cada uno de ellos.
La Estrella: Nyjah Houston 🌟.
Literalmente todo un prospecto desde niño. Nyjah a los 9 años ya estaba patrocinado por Element y bajaba de feeble hollywood sixteen.
A pesar de tener una historia personal medio turbia (vean su parte en el documental: The Motivation), no cabe duda que siempre supo potencializar su carrera a través de las competencias más importantes del momento. Hoy por hoy prácticamente Nyjah siempre termina en el pódium de todas las sedes de la Sreet League y tuvo un papel importante en Tokio 2021.
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Sin embargo, aunque todos lo cataloguen como una máquina de ganar competencias, cada una de sus video-partes siempre han dejado a todos con la boca abierta. Dense una probada.
La Leyenda: Paul Rodríguez ⚔.
¡Ya ni qué decir decir de este ícono del skate!
Literalmente P. Rod. es de esos personajes que de una u otra forma los patinadores conocen. Paul fue una estrella también desde joven; a muy temprana edad ya nos deslumbraba a todos con sus videopartes y eso lo llevó a ser uno de los primeros patinadores de Nike en tener un pro model (justo hace unos meses salió el más reciente).
Por si no fuera poco, a pesar de tener una carrera ya bien consolidada, P. Rod traspasó la frontera al participar en la icónica película, Street Dreams, así como también en la recién serie de streaming, Selena; el gran dueño y líder de la marca Primitive; y así mismo, uno de los máximos ganadores y grandes rivales a vencer de los clásicos Battle the Berrics.
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¡Duelo de Titanes!
Ahora bien, después de esta brevísima semblanza de cada uno de estos patinadores estaría demás decir que su encuentro fue un espectáculo sumamente fenomenal que muchos de nostros deseábamos presenciar. Sin más que comentar, los invito a darse grasa con sus propios ojos.
